Salatzen dut!
El Presidente colombiano y reciente Premio Nobel de la Paz, Juan Manuel Santos ha dicho (14-12-16) en una entrevista en Onda Cero algo tan razonable como lo siguiente:
“No quiero inmiscuirme en asuntos internos de España, pero no vería ningún problema en que [los presos de ETA] paguen sus penas en unas cárceles más cercanas al sitio donde viven. No creo que haga daño a nadie”
Para un político moderado, dispuesto a solucionar problemas y no a recrearse en ellos, que se atrevió a iniciar un largo proceso de diálogo y negociación con las FARC y, sobre todo, a culminarlo, debe parecerle inexplicable que el Gobierno del PP mantenga, 5 años después de que ETA dejara de ser una amenaza real, una política penitenciaria de dispersión de presos puesto que carece de sentido político alguno.
Antaño se justificó para debilitar la autoorganización de los presos, la compactación de posiciones y la disciplina de la organización armada y ello a pesar de que contradecía el art 25.2 de la Constitución Española [“Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social”] y perjudicaba especialmente a las familias y la salud mental de los presos con prisiones prolongadas en condiciones de gran aislamiento.
Pero visto el caso norirlandés en el que la concentración en pocos centros facilitaba la toma de posiciones colectivas, la atomización de los presos en muchas prisiones alejadas, amén de afectar a derechos, tampoco entonces tuvo sentido porque dificultaba los procesos de reflexión.
Pues bien en la actualidad la apuesta de Rajoy por el mantenimiento de la dispersión mientras ETA no se disuelva, solo responde a una lógica basada no en la política sino en algo tan visceral como la venganza y en un doble tenor: un castigo añadido a presos y entorno y una lógica de vencedores y vencidos para imponer desde la justicia vindicativa lo que no pueden ganar en las urnas ni en los corazones de Euskal Herria.
Miserables! Nik salatzen dut.
Utzi erantzuna